La base es una maravilla. Empareja el tono de la piel, esconde imperfecciones y cuando está bien aplicada puede llevarte a la mejor versión de ti misma. Pero en ideario no queremos que seas una de esas personas que salen a la calle con lo que parece una máscara de maquillaje; por eso hoy te traemos estos consejos para que tengas en cuenta la próxima vez que quieras usar base:
- Pregúntale a una experta qué tipo de base es la mejor para ti. Si tienes la piel grasa, una base matificante sería lo mejor. Si tu piel es seca, una que hidrate. Si lo único que quieres es emparejar el tono de tu piel, una ligera es para ti. Si tienes muchas imperfecciones que quieres tapar, una de máxima cobertura es la que deberías comprar. Opciones hay muchas y lo que debes hacer es ir a una droguería o almacén de belleza donde haya una asesora a quien le puedas preguntar. ¡O googlea! En internet están las respuestas a todos los problemas del mundo, así que si buscas «tipo de base + piel grasosa» seguramente encontrarás sugerencias de la mejor marca para ti.
- Encuentra el color perfecto. La búsqueda del color perfecto puede ser larga y extenuante pero vale la pena. Prueba la base en la línea de tu mandíbula; el color perfecto desaparece sin tener que mezclarla. Te aseguramos que el momento en el que encuentres una base exactamente del color de tu cara, oirás campanas celestiales al fondo.
- Prepara tu piel antes. Antes de la base, debes limpiar e hidratar tu piel. Espera al menos cinco minutos a que tu piel absorba tu crema hidratante y ahí sí empieza la magia del maquillaje. Si usas primer, también deja que actúe en tu piel durante unos minutos antes de la base.
- Compra una brocha para base. Si no recuerdas cuál es la brocha para base, revisa nuestra guía.
- Recuerda que menos es más. Para el día a día, no cubras tu cara completamente en base. Échate unas cuantas gotas en el dorso de tu mano y con la brocha coge la cantidad justa y cubre poco a poco con pequeños golpes tus manchas, granitos o enrojecimientos. No untes la brocha completamente ni hagas pinceladas gigantes como si estuvieras pintando una pared. Revisa nuestro tutorial de cómo esconder granitos o manchas rojas para que te conviertas en una experta.
- No la limites solo a tu cara. Es importantísimo que no dejes que la base termine con una línea perfectamente definida como si fueras un mimo. Con tu brocha, baja la base un poco hacia la línea de la mandíbula y el cuello. Ojo, no te estamos diciendo que cubras tu cuello con base, solo que difumines lo que ya aplicaste en tu cara y lo bajes un poco hacia el cuello para que no parezca que llevas una máscara.
- Termina con los polvos correctos. Somos fanáticas de los polvos traslúcidos que reflejan la luz. Busca unos que, aunque le quiten el brillo grasoso a tu cara, hagan que quede resplandeciente e iluminada. Recuerda que las caras mate que parecen de muñeca de los años 20 no se ven muy naturales.
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