Por: Juliana Abaúnza
Despertarse con el pelo y la piel perfectas parece una cosa de esas que solo pasa en las películas y en la televisión. La protagonista nunca tiene marcas de almohada en la cara y tampoco se levanta con una maraña de pelo que la hace parecer una leona. Pero en la vida real sí pasa. Al menos a mí. Hasta que leí en alguna parte que las fundas de seda son la solución a estos problemas.
¿La explicación? La seda es una tela que causa menos fricción en el pelo y por eso hace que haya menos puntas abiertas y menos frizz. Un argumento que suena convincente y que me hizo decir: listo, hagamos esto. Obviamente en el mercado hay fundas ya hechas que se pueden comprar pero como esto es Ideario Blog y nosotras creemos en el «hazlo tú misma», decidimos hacerlas. Lo único que necesitan es la tela, hilo, aguja y tijeras.


- Toma de referente una funda de almohada que ya tengas y corta dos rectángulos de la tela a la medida.
- Haz el dobladillo por el lado que no es brillante. Sujétalo con alfileres.
- Empieza a coser el borde de la almohada con hilo blanco o del color más parecido a la tela.
- Las puntadas no tienen que ser ultra profesionales pero sí deberían ser lo más fuertes posibles para que no se te descosa la funda cuando metas la almohada.
- Cose todo el dobladillo excepto en un lado que quedará abierto para meter la almohada.

- Voltea la funda al lado brillante.
- Mete tu almohada.
- Esconde la parte de la tela que sobre, como en la foto.
¡Y eso es todo! Puedes hacer cuantas almohadas necesites y después de un solo día ya notarás la diferencia en el pelo y en la cara. Todo será suavidad y desenredo de ahora en adelante. Inténtalo.


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