Por: Juliana Abaúnza
Ilustraciones: Susana Velasco
Es común querer un cambio después de pasar por algo doloroso como una ruptura amorosa, problemas en el trabajo, una mudanza que salió mal o una racha de depresión. Algunas personas se van de viaje o de compras, otras van a terapia o a yoga y hay quienes solucionan sus problemas solas, pero hay otras que sienten que para cambiar el estado de su mente también deben cambiar el estado de su cabeza, literalmente.
Cuando estaba chiquita y vi que Felicity se cortó el pelo después de terminar con su novio, entendí que los cambios de look tienen un poder terapéutico. Cortarse el pelo cortito, hacerse microcapul, pintarse el pelo de azul o raparse la mitad del cráneo son opciones que se les ocurren a muchas mujeres que pasaron por situaciones difíciles. Es obvio que una visita a la peluquería no salva vidas ni soluciona todos los problemas, pero sí puede brindar una sensación instantánea de cambio que es justo lo que uno necesita cuando se siente estancado.
Nikki, una de nuestras seguidoras, vivía en una ciudad en la que se sentía frustrada. «Todos los días parecían ser una escala de grises y así me veía yo: desteñida, opaca y tibia. Así me sentía por dentro también». Pero de repente se prendió un fuego dentro de ella y decidió irse de ese lugar hostil y cambiarlo todo, entre eso su pelo. «Quería color e inmediatamente pensé en el violeta. Amaba que fuera la combinación de dos colores con los que siempre he sentido afinidad, el rojo y el azul». Después de una teñida intensa y un corte long bob, Nikki se sintió como una nueva persona y el violeta de su pelo le ayudó a dejar atrás los sentimientos grises.
Darle color al pelo parece ser una de las formas más efectivas de sentirse mejor. Otra de nuestras seguidoras, Andrea, se pintó el pelo de fucsia y sintió que hacerlo era un paso importante para reconocerse a sí misma y salir de su cascarón. Ella nos contó que al principio se sintió feliz pero también vulnerable, porque todo el mundo comentaba su cambio de look. «Con el tiempo empecé a sentirme mucho más cómoda en mi propia piel. Ya he pintado mi pelo de muchísimos colores y eso ha ayudado a otros a entender también que no soy como el resto y que veo el mundo lleno de colores».
Además de color, la forma más popular de tener un cambio instantáneo es cortando el pelo. Yo, por ejemplo, soy una cobarde que solo se corta de a 1 cm cada vez que va a la peluquería; por eso admiro cuando alguien es capaz de decir «a la mierda todo» y se corta el pelo. Luisa Fernanda, una de nuestras seguidoras, lo hizo cuando renunció a un trabajo que le traía más cosas negativas que positivas. Y otra seguidora llamada María Alejandra lo hizo después de la peor semana de su vida en la que además de tener el parcial de la materia más difícil, al mismo tiempo se enteró de que una de sus mejores amigas había tenido algo con su novio hace unos años. Ella llevaba 7 años sin cortarse el pelo y nunca se lo había tinturado y salió de la peluquería con mechas y un corte arriba de los hombros. «Ese día decidí que empezaba un nuevo ciclo para mí y me sentí fuerte, poderosa, invencible, capaz de mucho».
Nosotras en Ideario apoyamos los cambios, especialmente cuando uno siente que son necesarios. Lo único que les recomendamos es que no tomen las decisiones en pleno momento de crisis; no queremos que les pase lo mismo que a nuestra amada Britney cuando tuvo su meltdown. Intenten hacer el cambio cuando se sientan con la cabeza despejada y estén decididas porque la idea es que el cambio sea empoderador y que les ayude, no que se vuelva otra fuente de angustia.
Así que si están leyendo esto y están pasando por un momento no tan chévere, con ojos hinchados de tanto llorar, con la cara y el corazón apagados, consideren que un cambio de look podría ayudarles a recuperar su seguridad. Sí, da miedo, pero cuando lo hagan se sentirán como una versión nueva e invencible de ustedes mismas.
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Muchas gracias a nuestras seguidoras que nos contaron sus historias de cambios de look terapéuticos en Instagram como las que contamos aquí y otras que por espacio no pudimos incluir como las de María Alejandra, Laura y Daniela.
Si ustedes tienen alguna historia de cómo un corte de pelo o un cambio de color les ayudó en un momento duro, cuéntennos aquí en los comentarios o en nuestro instagram @idearioblog.
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