Por: Laura Camila
Ilustraciones: Susana Velasco
Cuando pienso en depilarme no puedo hacer otra cosa que voltear los ojos. Sé que podría dejarme pelos y ponerme falda porque qué importa, es mi cuerpo, pero la verdad me gusta mucho como se ven las piernas depiladas. Ya quiero que avance tanto la tecnología para que podamos decir: «Siri, no quiero tener pelos» e inmediatamente se haga realidad. Pero mientras eso pasa, me toca conformarme con mis manos.
Debo aceptar que así odie tener que hacerlo, el momento es terapéutico y funciona como excusa para pensar un rato. Entonces, les voy a contar de 5 formas de depilar que he probado y cómo me fue con ellas, para que ustedes evalúen y confirmen que aman el método que usan o se animen a probar otros.
Este es, tal vez, mi método de depilación favorito. Me depilo desde los 13 años más o menos y la primera vez lo hice con cera. Después del primer jalón decidí que nunca más en mi vida me iba a depilar («¿para qué?», «¿qué necesidad hay?», «es más importante la personalidad»). Pero hoy, que tengo 25, sigo haciéndolo.
Lo bueno de la cera caliente es que arranca los pelos desde la raíz, lo que trae dos beneficios: se demoran más en crecer (yo, por ejemplo, veo pelos de nuevo después de 2 meses) y los pelos salen muy delgados, ambas cosas porque se debilita el pelo y le cuesta más salir. Y un bonus: es muy difícil que se les enconen los pelos porque los arrancan de raíz. Lo malo: el dolor, ese maldito dolor. Aunque si lo hacen con cierta frecuencia (cada dos meses), cada vez les va a doler menos e incluso van a ver zonas en las que ya no nacen pelos.
Para las que lo hacemos en la casa, el proceso es un poco engorroso, sobretodo si no tenemos la maquinita esa que calienta la cera y nos toca ponerla en la estufa, porque nunca alcanza una sola calentada para todo el cuerpo.
Si deciden depilarse con cera, les recomiendo que esperen a que el pelo mida al menos medio centímetro porque si no es muy difícil que la cera arranque el vello. Además, deben hacerse una prueba en otra parte del cuerpo para ver cómo reacciona su piel a la cera. Otro tip es estirar la piel de al lado de donde van a jalar la banda con la cera, así sufren menos. Y, finalmente (este tip me lo dio una esteticista profesional), les aconsejo hacerlo por secciones pequeñas. Es mejor ir arrancando partes pequeñas, que hacerlo todo de un solo tirón largo.
La primera vez que probé las bandas de cera fría, lo hice para evitarme el proceso de calentar y re-calentar la cera. Cumple la misma función que la cera caliente: arranca los vellos desde la raíz y el proceso es facilísimo: sacan la banda de la caja, la ponen en la pierna, frotan y arrancan. Y algo muy importante: no hay que salir de la casa.
La verdad, aun con lo engorroso del proceso, prefiero la cera caliente porque con la cera fría pasa algo que me saca de quicio y es que así uno se quede frotando la banda 15 minutos, es muy probable que la cera se quede pegada en la piel y uno arranque solamente la banda. Además, una caja trae más o menos 15 bandas que no alcanzan para mis dos piernas, entonces necesitaría ganarme el baloto para depilarme cada dos meses con cera fría.
Este es un método que nació en Egipto, donde se echaban sacarosa en los pelos para debilitarlos y luego los quitaban con hilo. Tengo muchos sentimientos encontrados con este método. Lo bueno es que también arranca los pelos desde la raíz y el dolor es casi imperceptible porque todo pasa muy rápido. Lo malo es que lo debe hacer un profesional, así que tienen que salir de la casa. Además, para las piernas u otras partes extensas del cuerpo no es recomendado porque se demorarían toda la eternidad. Este método funciona sobretodo para el bigote y las cejas.
La cuchilla es la némesis de muchas, pero la verdad es que a veces es más práctica. Aunque no se quitan los pelos desde la raíz y eso hace que crezcan más gruesos y más seguido, si uno de repente se acuerda de que tiene una fiesta por la noche es más fácil afeitarse en la ducha que alistar todo y depilarse con cera caliente, por ejemplo.
No tengo nada en contra de la depilación con cuchilla de afeitar porque me ha rescatado muchas veces, pero sí les recomiendo que no lo hagan con el jabón en la ducha. Aunque es la forma más usual, es peligroso porque con el agua caliente se abren los poros y su piel está más expuesta a las cortadas.
Si se van a depilar así, es mejor que antes se exfolien la zona, enjuaguen, sequen bien y embadurnen la zona con aceite de coco. Pasen la cuchilla de afeitar en el sentido en el que crece el vello y luego báñense con agua lo más fría posible para cerrar los poros. Así evitan que se enconen los pelitos y que se les irrite la piel.
Este método de depilación puede ser, tal vez, el más rápido. La crema hace efecto en 3 minutos y no se debe hacer por tandas como la cera fría o caliente, se puede embadurnar toda la zona de una vez y luego se quita con una espátula. Las razones por las que no me gusta esta forma de depilación es porque no sé cuántos químicos tiene que tener una crema para que despegue un pelo de la piel sin dolor. Además el olor es insoportable.
Sin embargo, si deciden probarlo, les recomiendo que antes exfolien la zona y que no se pasen de los minutos sugeridos porque se les puede irritar la piel. Igual que con la cera caliente, hagan pruebas en una zona pequeñita de su piel para saber cómo reacciona.
Yo no me depilo necesariamente cada vez que salen pelos, sino cada vez que me voy a ir de viaje.Ahorita tengo ganas de probar la cera española ¿Ya lo conocen? ¿Qué método de depilación usan? Cuéntennos en los comentarios o en nuestro Instagram: @idearioblog.
Deja una respuesta