No es fácil encontrar un mousepad lindo. Casi siempre los que venden en los almacenes de cadena son de un solo color o tienen una foto de un paisaje genérico. Y cuando he visto mousepads lindos, son caros. Por eso decidí hacer este. Tiene dos cosas que me gustan mucho: cuerina y dorado. Tú puedes escoger obviamente el color de cuerina que quieras y el color de pintura que más te guste.

- Ve a la cocina y coge un plato (que preferiblemente no tenga comida). Con la ayuda de ese plato, dibuja un círculo en la parte trasera de la cuerina.
- Con tijeras afiladas, sigue el trazo que marcaste.
- Verifica la forma. Si no te quedó un círculo perfecto, tranquila, yo tampoco tengo pulso perfecto. Con las tijeras haz los ajustes necesarios.
- Pon cinta sobre la cuerina de acuerdo a tu diseño. Yo lo dividí solo en dos secciones pero tú puedes pegar cuantas cintas quieras para tener el número de divisiones que te imaginas en tu cabeza.
- Con una brocha, pinta los espacios que quieres que tengan un color específico. En este caso, la cuerina va a tener un poco menos de la mitad pintada de dorado.
- Ten cuidad de no levantar la cinta para que la línea de división sea perfecta. Esto lo logras pintando de la cinta hacia fuera.
- Unta de pintura el borrador de un lápiz y quítale el exceso con un papel de cocina.
- Haz puntos en el espacio de la cuerina que no está pintado. También puedes hacer líneas, corazones o las figuras que quieras.
- Quita la cinta y completa el diseño.
- Et voilá! Tienes un mousepad divino. Recuerda esperar a que se seque bien la pintura antes de usarlo (esa advertencia es porque debo confesar que dañé un mouse).



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