Por: María Alejandra
Tengo una bicicleta divina. El cuerpo es vinotinto, el manubrio y el sillín son de cuerina café y las llantas tienen una línea rosada. La uso todos los días para ir de mi casa a la oficina y a veces para ir hasta la casa de mi mamá. Como la uso tanto mi mamá no hace si no regalarme cosas relacionadas con la bicicleta.
Lo último en esta lista interminable de regalos fue el candado para amarrarla a cualquier lugar. El único problema fue que la llave era tan pequeña que se me perdía entre el montón de cosas que tengo en la maleta y por eso hice este DIY. Lola me dio la idea y me ha funcionado a la perfección porque con solo mover la maleta ya escucho el cascabel y puedo meter la mano a ciegas y encontrar los cordones súper fácil.
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