Por: Juliana Abaúnza
La exfoliación debería ser una de sus mejores amigas, junto a desmaquillarse todas las noches y a hidratar la piel. ¿Por qué es tan buena? Hay varias razones:
- Elimina las células muertas de la piel.
- Ayuda a que los poros no se obstruyan y no nos dé acné.
- Ayuda a contrarrestar la inflamación de la piel por acné o infecciones.
- Le da más brillo a la piel. No brillo grasoso sino brillo saludable.
- Ayuda a quitar las manchas de la piel.
- Ayuda a tener una piel más suave.
Todo suena maravilloso, ¿no? Entonces, si no han empezado a exfoliarse con regularidad, este es el momento de hacerlo. Hoy les mostraremos tres mascarillas naturales con las que pueden exfoliarse en sus casas.
La miel es un buen antibacterial natural y tiene propiedades curativas que calman y aclaran la piel. Por su parte, el limón ayuda a blanquear las manchas, a curar el acné y le da un brillo especial a la cara.
La sal ayuda con la eliminación de las células muertas de la piel y mejora la circulación de la sangre. El aceite de lavanda, además de ser relajante y servir para aliviar síntomas de nerviosismo, depresión o insomnio, tiene propiedades antisépticas. Reduce el dolor y la inflamación, especialmente cuando se trata de problemas de la piel o musculares. También ayuda a regenerar cualquier zona dañada por acné, dermatitis o envejecimiento prematuro.
El aceite de oliva hidrata y mejora la salud de la piel. Además, ayuda a eliminar los restos de maquillaje y suciedad que se acumulan a lo largo del día. Y como si fuera poco, tiene propiedades anti-envejecimiento.
Escojan la mascarilla exfoliante que más les suene o la que les sirva porque ya tienen los ingredientes en la casa. La forma correcta de hacerlo en la cara es con movimientos circulares, suavemente, de abajo hacia arriba. Nunca deben aplicar productos para la cara de arriba hacia abajo porque o sino la piel terminará cayéndose como uno de esos perritos a los que les sobra piel. Cuando ya hayan terminado de exfoliarse, deben retirar el exceso de mascarilla y lavar la cara con un cepillo de cerdas suaves. Repitan los movimientos circulares de abajo hacia arriba.
¡Y listo! Hagan esto una vez a la semana (o una vez cada dos semanas si tienen piel sensible o seca) y verán el cambio. Su piel les agradecerá la renovación y ustedes se sentirán más lindas que nunca.
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