Hola, me llamo Laura Camila y soy una adicta al café en recuperación, pero ahora que he cambiado mis hábitos de consumo y que me preocupo más por mi salud física y mental, he caído en los brazos amables y calmantes del té.
Por: Laura Camila
Mi adicción al café empezó en los primeros semestres de la universidad, cuando me di cuenta que me mantenía despierta y activa. «Perfecto para seguir derecho 3 días haciendo entregas», pensaba. Muy saludable yo.
Luego, cuando empecé a trabajar, me tomaba de 5 a 7 mugs de café al día. Y me quejaba con mis compañeros cuando ellos hacían el café porque no les quedaba tan cargado como el que hacía yo. En fin. Sin darme cuenta me volví adicta.
Hace poco, pasé por una situación difícil con mi mamá y su salud mental, que me hizo caer en cuenta de lo mal que estaban muchos de mis hábitos de consumo. Cuando no es consumo desaforado de drogas o alcohol, creemos que todo está bien, y no. Tomar tanto café puede ser un detonante para enfermedades mentales; contribuye a que seamos más ansiosos, y afecta nuestro sueño, porque yo también creía que «el café no me hace nada», «yo me puedo tomar un tinto y acostarme a dormir», pero desde que le bajé (ahora me tomo 2 tintos a la semana, por mucho) sí he sentido que la calidad de mi sueño ha mejorado.
Esto no quiere decir que no necesite estar tomando algo todo el día, precisamente por mi ansiedad. Y con el agua no es suficiente, aunque tome bastante. Me hace falta algo con sabor, algo caliente. ¿Y qué tiene estas características? El té.
Empecé a conocer un poco más sobre esta bebida y sus maravillas, a stalkear tiendas, probar diferentes sabores y ahora me la paso tomando té. Algunos, como el té verde, cumplen la misma función que el café: mantenernos despiertos y ayudar a la digestión. Otros, como el de manzanilla o lavanda, nos ayudan a relajarnos. En fin, hay una variedad increíble, para todos los gustos y necesidades.
Por eso, hoy les queremos enseñar a hacer estas bolsitas de té que son reutilizables, así podemos sorprender a nuestros amigos adictos al café para que entren en rehab, y además, le ayudamos así sea un poquito al planeta. Lo único que necesitan es té, un colador de café, una cuerda de algodón y alguna etiqueta de adorno que pueden hacer con un pedacito de cartón.
Echen un poquito de té en la mitad del colador y ciérrenlo como si fuera un dulce.
Corten lo que sobre del colador en la parte de arriba y amárrenlo con la cuerda de algodón.
Asegúrense de cerrarlo bien para que no se salgan los pedacitos de té y caigan en el agua. También procuren que la cuerdita sea lo suficientemente larga para luego meter la etiqueta.
Ábranle un hueco a la etiqueta en la parte de arriba y amárrenla a la misma cuerda con la que amarraron el colador.
¡Y listo! Ya está listo para usar. Nosotras hicimos un corazón en la etiqueta pero ustedes pueden poner algún mensaje o dibujarle lo que quieran. Después, regálenselo a alguien que quieran o a ustedes mismas.
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