Siempre creí que era una de esas personas que con solo mirar una planta, la mata. Bueno, no era solo una creencia. En realidad, tuve una hace 3 años y la maté por regarla mucho. Pero después de la tusa, decidí que quería intentarlo una vez más. Me di la oportunidad de volver a tener plantas y, para mi sorpresa, resulta que no soy la asesina que creía ser. Y ahora, con 8 maticas en mi casa puedo decir que regarlas, cortarlas, arreglarlas o limpiarles las hojas puede ser una especie de terapia.
Por: Juliana Abaúnza
No importa dónde vivan: en un apartamento miniatura o en una casa gigante, las plantas hacen toda la diferencia. Llenan cualquier habitación de color y vida. Además, tienen unos efectos espectaculares en su salud. ¿Por qué? Porque a través de la fotosíntesis, las plantas producen oxígeno y purifican el aire de partículas como el benceno, el formaldehído y el moho. No lo digo solo yo, lo dice la NASA.
Pero además de beneficios como que mejoran cualquier decoración y que mejoran el aire que respiramos en nuestra casa, las plantas tienen efectos en nuestra mente que al menos yo no creía hasta que los experimenté. Después de pasar horas frente a nuestras pantallas, en trancones, en oficinas o salones de clase, llegar a la casa e interactuar con una planta, es un recordatorio de que tenemos que calmarnos.
La terapia hortícola es un método muy antiguo (data 2000 años antes de Cristo en Mesopotamia) que se usa para ayudarles a personas que tienen algún problema de salud mental. Los antiguos egipcios, recetaban caminatas por jardines y en las dos Guerras Mundiales, los soldados heridos y en recuperación trabajaban con plantas para recuperarse física y mentalmente.
Cuidar plantas me saca de mi cabeza así sea por un momentico y me hace concentrarme en algo externo, en un ser vivo que así como yo, a veces tiene momentos buenos y a veces tiene retrocesos. Cuidar mis matas me recuerda que debo prestar atención a los detalles y me hace caer en cuenta una y otra vez que así como con las personas, no puedo esperar que todas mis plantas se comporten igual.
Por eso las animo a que compren plantas. Cuando vayan a un vivero, háganse amigas de las personas que atienden y pregúntenles cuál es la mejor planta para ustedes. Sean honestas. En mi primera visita a Jardineros (mi lugar favorito para comprar maticas), le dije al vendedor: «Mire, señor, yo ya maté a una… así que necesito que me diga cuál planta es casi imposible de asesinar». Entonces, hagan lo mismo, expliquen cuáles son sus condiciones: cuánta luz entra a sus casas, en qué lugar piensan poner la planta, cuánta atención le pueden dedicar.
Cuando ya escojan una, una que se adapte perfectamente a sus condiciones, una que las enamore apenas la ven y se la lleven a la casa y le pongan nombre y la cuiden, les prometo que la posibilidad de ver algo crecer las va a hacer tan felices como a mí.
Y si ya tienen plantas y las aman, tómenles fotos y etiquétennos en Instagram, queremos verlas todas ❤
Si quieren hacerse una idea de cuáles plantas podrían servirles, revisen nuestra guía de 4 plantas de interior muy fáciles de cuidar.
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