Por: Juliana Abaúnza
Hicimos este post en colaboración con Gef.
Cuando llegan las vacaciones, a veces caemos en la trampa de comprar cosas sin pensar. Después, cuando llegamos a mitad de diciembre tenemos un montón de cosas que aunque nos parecían útiles en la playa y en la piscina, ahora no sabemos dónde meter.
No sé si sea culpa de Toy Story y otras películas de Pixar, pero siento empatía por los objetos inanimados. Entonces me da pesar imaginarme a esas toallas y carteras de playa encerradas el resto del año. Por eso, nos pusimos creativas y pensamos en formas de usar las compras de vacaciones así ya no estemos de paseo.
Las carteras tejidas son perfectas no solo para la playa sino para ir a hacer mercado. Las ventajas son que pueden meter cualquier cosa, así esté mojada (como los quesos) o suelte tierra (como las papas); que ayudan al planeta porque es una bolsa reusable, y que se van a ver mucho más lindas con esta cartera en la mano que con bolsas de plástico que dicen el nombre de un supermercado.
Para los picnics en la ciudad también se pueden usar accesorios para la playa. Una hielera es importante sea donde sea y una toalla de playa (especialmente si es una de esas de microfibra que se secan rápido) es perfecta para poner encima del pasto que muchas veces puede estar mojado. Y aunque no estén en bikini al lado de una piscina, recuerden que es importante siempre protegerse del sol, entonces usen sus sombreros o gorras de playa.
Y para terminar, las bolsitas que muchas personas compramos para organizar cosas dentro de la maleta pueden ser usadas para organizar la ropa interior y las medias dentro de los cajones.
Revisen en sus casas qué objetos compraron para algún paseo y que hace mucho no usan, pónganse creativas y piensen cómo pueden usarlos para cosas cotidianas.
Deja una respuesta