Por: María Alejandra
De navidad mi papá me compró una wafflera increíble con la que estuve obsesionada por ahí tres meses. Compré todas las harinas, salsas y toppings existentes y como es de costumbre, terminé juntando todos los ingredientes que me quedaban por ahí para cocinar algo decente, en este caso un desayuno para mis idearias.
Usé la harina de maíz amarillo y la harina de coco que había comprado para experimentar en la wafflera, quinoa, que pareciera que se multiplicara en mi alacena y queso de cabra para acompañar. Quedaron muy ricas, así que decidí no ser egoísta y compartir la receta con ustedes:
- Mezclen 1 taza de harina de maíz con 1/4 de taza de agua hasta que tengan una mezcla homogénea. A mí me gusta ponerle a la masa un poquito de aceite, pero es opcional.
- Agreguen 2 cucharadas de harina de coco y sigan amasando. Tienen que tener cuidado con este ingrediente porque si se pasan, sus arepas pueden quedar polvorosas y secas.
- Agreguen 3 cucharadas de quinoa, queso paipa rayado y sal al gusto, incorporen estos últimos ingredientes a la mezcla para terminar la masa.
- Con las manos secas cojan una porción de la masa y háganla bolita. Luego aplanen la bolita y vayan dándole forma de arepa.
- Pongan mantequilla en un sartén y cuando ya esté caliente pongan las arepas hasta que queden doradas por ambos lados.
- Sirvan las arepas en un plato para compartir con una bolita de queso de cabra que combina perfecto.
Estas arepas son perfectas para el desayuno con un cafecito o para las onces con un chocolate bien caliente. La idea es que mezclen harina de maíz con cualquier cosa que les provoque y hagan su propia receta de arepa que, si resulta exitosa, pueden transmitirla generación tras generación.
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