Por: María Alejandra
Ilustraciones: Susana Velasco
La Pavlova es un merengón de Nueva Zelanda y es básicamente azúcar batida con frutas: mi perdición. Lo que hace diferente a este merengón es que tiene una capa crocante por fuera y textura de masmelo por dentro.
Aunque es fácil de preparar hay que tener mucho cuidado con el horneado. Yo tuve que repetir la receta dos veces porque el merengue se me quemó en el primer intento.
INGREDIENTES
4 claras de huevo
1 taza de azúcar pulverizada
1 cucharada de Maizena (Fécula de maíz)
1 cucharada de vinagre blanco
1 sobre de Baticrema
1/2 taza de leche
Frutas
PREPARACIÓN
- Batan las claras de huevo a velocidad máxima durante cinco minutos o hasta que queden en punto de nieve.
- Agreguen el azúcar y sigan batiendo hasta que la mezcla quedé homogénea. Van a notar que la mezcla está mucho más blanca y pesada.
- Ahora añadan la Maizena y el vinagre y sigan batiendo. Cuando la mezcla se vuelve más densa y aparecen burbujas grandes quiere decir que terminaron la parte del merengue.
- Engrasen un recipiente y pongan la mezcla formando un círculo. Primer tip: no la esparzan mucho, es preferible que quedé una montaña alta de merengue para que cuando se hornee y se desinfle no les quede como una galleta.
- Pongan el merengue en el horno a 125 grados centígrados. Nosotras lo dejamos 15 minutos y apagamos el horno para que se terminara de cocinar con el calor que quedaba. Segundo tip: revisen constantemente el horno y cuando el merengue empiece a broncearse en la superficie apaguen el horno y déjenlo reposar.
- Preparen el sobre de Baticrema con la media taza de leche y corten las frutas en trocitos.
- Esperen 2 horas para montar el postre. Encima del merengue pongan una capa gruesa de la crema batida y terminen con una capa de frutas.
Este postre fue el encargado de alegrarnos el domingo. Este fin de semana luchamos contra el universo para trabajar en Ideario y fue muy difícil: se nos dañó la cámara, nos cancelaron una reunión y un tutorial no nos salió como esperábamos, al final del día ya nos daba risa seguir ahí sentadas tratando de terminar. En conclusión se los recomendamos como terapia anti estrés.
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