Por: Laura Camila
Ilustraciones: Susana Velasco
Me podría ganar el premio a la persona que menos le gusta hacer ejercicio en el mundo. Me da mamera el gimnasio, salir a trotar, hacer pilates o incluso yoga. Este fin de semana monté bicicleta y fui feliz, pero ya sé que para la próxima tengo que cargar una pipeta de oxígeno.
Ahora mismo estoy haciendo dieta, se llama auriculoterapia (si quieren un post o saber más de esto, escríbannos en los comentarios o en Instagram) y sí he bajado de peso. Pero, aunque la alimentación es la parte más importante, no me puedo quedar sin hacer ejercicio porque quedaría como una gelatina y no me gusta la idea.
Odiar el ejercicio ha hecho que busque alternativas para llegar depronto no a amarlo pero sí a aceptarlo. Durante toda mi vida, he probado varios métodos (gimnasio, funcional, solo cardiovascular) y opté por hacer 3 de los que más me gustan alternados en la semana, justo cuando me despierto para no sentirme completamente inútil.
No son ejercicios inventados por mí, pero sí los puedo hacer en mi apartamento que mide 2×2 y lo mejor: no me tengo que quitar la pijama, porque una de las cosas que más me aterra de hacer ejercicio es la logística.
ACOSTARSE Y PARARSE
Una vez fui al médico y le conté mi terror al ejercicio y el médico no me regañó ni me quitó su amistad, sino que me recomendó el ejercicio más fácil del planeta Tierra y uno de los más efectivos, a mi parecer.
Consiste en acostarse completamente en el suelo y luego levantarse y quedar completamente de pie. No tiene ninguna ciencia, ni técnica. No tienen que poner un mat en el piso, ni nada. Háganlo como les quede más fácil; la forma de levantarse puede ser tomando impulso con las piernas o poniendo la mano en el piso como uno naturalmente lo haría.
Yo me acuesto y me paro 10 veces y ya quedo rendida, pero ustedes que seguramente tienen mejor estado físico que yo, lo pueden hacer 20 veces. Con este ejercicio mueven cada músculo de su cuerpo, se los juro. Al día siguiente de hacerlo la primera vez, me dolía el cuerpo como si hubiera ido 2 horas al gimnasio. «Si tan solo supieran que ni me quité la pijama», pensé.
SENTADILLAS CAMINANDO
Mi apartamento es muy pequeño (ya, Laura, ya lo dijiste antes) y tiene un corredor que conecta la «sala-comedor» con las habitaciones. Ese corredor no sirve para mucho, pero yo le he sacado provecho para hacer este ejercicio.
Consiste en caminar haciendo sentadillas, como ven en el dibujo. Dando zancadas pero bajando la cola para que surta efecto. Si quieren potencializar el ejercicio, pueden tomar una de esas pesitas chiquitas (mancuernas) en cada mano.
Yo voy y vuelvo 10 veces; son más o menos 5 pasos en cada tramo, pero, de nuevo, lo pueden hacer las veces que quieran o puedan.
ESCALADORAS
Este, con el primero, es mi favorito porque ni siquiera tengo que salir de mi cuarto. Apenas me bajo de la cama, lo hago en el piso. Es famoso en entrenamiento funcional, porque uno solo usa el peso de su propio cuerpo, por lo tanto, de los tres, me parece el más pesado.
Yo hago 20 en total, o sea 10 con cada pierna. A veces hasta pongo el celular al frente y voy viendo Netflix mientras tanto, porque tampoco puedo traicionar tanto a mi pereza.
¿Ustedes hacen ejercicio en la casa?¿o prefieren salir? cuéntennos en los comentarios o en nuestro Instagram: @idearioblog.
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