Hace un año dejé de lavarme el pelo todos los días y es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. No solo tengo el pelo mucho más lindo y saludable que antes, además he ahorrado tiempo y plata.
Siempre había oído y leído que lavarse el pelo todos los días era malo pero estaba convencidísima de que tenía que hacerlo. Primero, porque como me lo toco mucho, se me engrasa muy rápido y segundo, porque como mi pelo es muy delgado se me enreda muchísimo y todas las mañanas me levantaba como un león que decidió adoptar el estilo de vida rastafari. Lo que no sabía era que, aunque suene contradictorio, la solución a mis dos problemas capilares estaba en dejar de lavarlo.
Les voy a contar el sistema que diseñé para lavarme el pelo solo dos veces a la semana con la esperanza de convencer a alguna de ustedes que esté preguntándose “¿pero cómo carajo voy a lograr eso sin verme sucia?”.
KIT IMPORTANTÍSIMO PARA SOBREVIVIR
Hay ciertos elementos que necesito junto a mí a lo largo de la semana para que el sistema de no-lavado-de-pelo funcione. Aceite de coco, secador, champú seco, aceite de argán, un cepillo para desenredar, bobby pins y cauchitos son siete cosas sin las que no podría vivir en paz.
El kit de supervivencia es personalizado. Armen el suyo de acuerdo a sus necesidades. Incluyan productos que usen cada semana (cremas para peinar crespos, laca, mousse, diademas) que yo no incluí en mi kit porque no los uso.
ORGANIZACIÓN CAPILAR PARA LA SEMANA
Domingo
Los domingos son el día perfecto para lavarme el pelo porque casi siempre los paso en piyama y echada frente a un televisor rodeada de comida grasosa (aunque ahora que lo pienso no es tan diferente de como paso los demás días de la semana). Me baño en la mañana o en la tarde, me unto el pelo con aceite de coco desde la mitad hasta las puntas y paso el resto del día con el pelo metido dentro de una toalla. Después, en la noche vuelvo a bañarme, esta vez sí con champú y acondicionador para quitar el aceite. Espero a que se me seque o me lo seco con secador y duermo con el pelo en una especie de turbante que pueden ver aquí para que no se me enrede.
Lunes
Los lunes generalmente no me hago nada en el pelo porque está recién lavado y cuando me quito el ‘turbante’ está desenredado y lindo. Lo único que me echo es aceite de argán en las puntas. Este es el día para salir voleando pelo al viento. En la noche me lo desenredo y me hago una trenza ajustada para dormir.
Alguien me preguntó cómo hago para mantener este sistema cuando hago ejercicio o cuando estoy en un lugar donde hace mucho calor. Mi solución inventada por la necesidad es que me cojo el pelo en una colita bajita (amarrada en la nuca), me escondo la colita en un gorro de baño, aseguro el gorro con otro caucho de pelo y luego me lavo en la ducha toda la cabeza con champú (excepto lo que está dentro del gorro, obviamente). Es muy raro porque salgo de la ducha y tengo el pelo de arriba hasta la mitad mojado pero de la mitad hasta las puntas seco. El caso es que es una maravilla. Así me queda limpio sin dañar las puntas.
Martes
Cuando me despierto el martes me quito la trenza y me pongo muy feliz al ver las ondas que quedan como resultado. Una vez más, me pongo aceite de argán en las puntas. Si veo que mi capul está grasoso, me lo lavo en el lavamanos y me lo seco con el secador como les mostré en este post –pero si no tengo casi tiempo, el champú seco es la solución. En la noche duermo con una trenza o con el turbante.
Miércoles
Este es el día en el que más grasoso tengo el pelo entonces es cuando me gasto la mitad del tarro de champú seco. Me lo echo en toda la cabeza, no solo en el capul. Además, como está sucio, ya no me siento cómoda dejándolo suelto entonces es el día de las trenzas, uno de los momentos más felices de mi semana. En este link pueden ver todas las trenzas que hemos hecho en el blog. Además, así uno puede disimular cualquier enredijo. En la noche me lo desenredo y duermo con el pelo suelto.
Jueves
En este punto ya mi pelo no da más entonces es el día de la segunda lavada. El momento en el que el agua se lleva los restos de champú seco y aceite es muy satisfactorio. Ese día salgo con el pelo suelto y me echo aceite de argán de la mitad del pelo hasta las puntas para que no se vea muy esponjoso, como casi siempre se ve recién lavado. Esa noche duermo con el turbante.
Viernes
Repito el mismo proceso del lunes pero en la noche vuelvo a dormir con turbante.
Sábado
Este día me lavo el capul en el lavamanos y me hago ondas con una pinza para el pelo o me lo dejo suelto y liso. Como casi siempre salgo en la noche, cuando llego a mi casa en la madrugada estoy demasiado cansada (no quiero decir ‘borracha’) como para preocuparme por mi pelo entonces duermo con el pelo suelto.
Domingo
Después del fin de semana, otra vez: baño, aceite de coco y lavada. El ciclo vuelve a empezar.
Y listo. A veces, como cuando estoy de viaje, rompo el sistema y me lo lavo más de dos veces o no hago alguno de los pasos pero en general este ritmo me ha funcionado. El pelo se me enreda cada vez menos, me brilla cada vez más y yo cada día lo amo más que el anterior.
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Ilustraciones de Susana Velasco
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